CUIDEMOS EL MEDIO AMBIENTE

Rodríguez Morales, Vilma; Bustamante Alfonso, Leticia M.


Desde que el individuo con el fin de satisfacer sus necesidades básicas comenzó a interactuar con su entorno, desencadenó un proceso de transformaciones que ha hecho posible el desarrollo ascendente de la humanidad. Sus actividades han constituido invariablemente un poderoso factor de influencias sobre el planeta, introduciendo cambios, que de forma voluntaria o involuntariamente, no siempre han sido justificados.

A partir de la versión primitiva del ser humano hasta la actual, este ha tenido que enfrentar innumerables escollos para mantenerse como especie sobre el planeta: el hambre, el calor o el frío intenso y otros factores del medio en el que desarrollaban sus actividades, obligaron a nuestros antepasados a buscar nuevas formas de enfrentar la vida. Con el desarrollo de las fuerzas productivas, se produce la naciente evolución de la sociedad, que fue asumida por los diferentes grupos humanos teniendo en cuenta sus patrones de comportamiento, valores y concepción del mundo, en fin, su cultura. Mientras las poblaciones siguieron siendo pequeñas y su desarrollo tecnológico modesto, el impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. 

No obstante, al ir aumentando la población, mejorando y desarrollando su tecnología, aparecen problemas más característicos y generalizados. Este desarrollo propicia el uso y explotación de los combustibles fósiles, y comienzan a explotarse de forma intensa todos los recursos naturales de la tierra, produciendo un desnivel cada vez más acrecentado en la calidad del medio y en su capacidad para mantener la vida. El ser humano al interactuar con el conjunto de elementos abióticos (energía solar, suelo, agua y aire) y bióticos (organismos vivos) que lo rodea, puede influir negativamente sobre él produciendo efectos indeseados con consecuencias muchas veces irreversibles.2 Cuando ello ocurre estamos en presencia de un problema ecológico o ambiental. Expertos en el tema reconocen que los conflictos de la salvaguarda medioambiental, que paulatinamente surgieron en siglos pasados, empeoraron bruscamente en la segunda mitad del siglo XX provocado por el desarrollo intensivo Científico-Técnico, producido en numerosas partes del mundo. 

En el actual siglo, la polarización cada vez más acentuada entre países ricos y pobres, ha propiciado que los más afectados con la destrucción medio ambiental sean los países en vía de desarrollo, por tanto, los hombres han recibido daños inherentes a su salud que ponen en riesgo la vida de cientos de personas que viven en condiciones de extrema pobreza. Es irrefutable que la salud humana depende de la capacidad de una sociedad para mejorar la interrelación entre las actividades humanas, y los factores ambientales que lo rodean y precisamente el ser humano sin proponérselo ha alterado los ciclos naturales del planeta y ha roto e interrumpido su equilibrio ecológico.


 La Organización Mundial la ha definido como el "estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de las afecciones o enfermedades. Si consideramos esta definición emitida por la OMS, es válido preguntarse cómo influye el deterioro ambiental en el proceso salud enfermedad. Por una parte, se afecta la salud social, porque en la medida en que los países imperialistas acrecientan sus ansias de expansión y poderío, incrementan sus riquezas explotando desmedidamente los recursos naturales, obstaculizando el progreso de los pueblos en desarrollo, que acrecientan sus calamidades humanas, y agudizando la desigualdad social y la inequidad económica. En otro sentido el deterioro ecológico o medio ambiental produce afectaciones a la salud de cada individuo, por mencionar un ejemplo, se afirma que los contaminantes y sus derivados pueden tener efectos negativos al interactuar con moléculas que son decisivas para los procesos bioquímicos o fisiológicos del cuerpo humano.


Por otro lado, es muy alarmante la influencia de estos factores en el daño tóxico según los grupos poblacionales. Los efectos negativos de los contaminantes del aire sobre la salud pueden diferir también en función del grupo de población de que se trate, en particular, las personas más jóvenes y las de edad avanzada pueden ser especialmente sensibles a estos efectos nocivos, y los que padecen de asma u otras enfermedades respiratorias o cardíacas pueden sufrir un agravamiento de los síntomas por la exposición

Se considera además, la importancia de preservar el agua como fuente natural indispensable para la vida, pues es inquietante la crítica situación de los países del tercer mundo con la escasez y contaminación de este vital recurso natural. Se sabe que en los países en desarrollo, el 80 % del total de enfermedades y más de una tercera parte de las muertes, están originadas por el consumo de agua contaminada. Las enfermedades transmitidas por el agua, representan la principal categoría de enfermedades transmisibles que intervienen en la mortalidad infantil en los países en desarrollo, y la segunda -por detrás sólo de la tuberculosis-, de las que intervienen en la mortalidad de adultos, con un millón de muertes al año

La vida cotidiana en el planeta demuestra que la contribución humana para mitigar los daños ocasionados es urgente e inaplazable, de lo contrario, se estará condenando el futuro. Otras fuentes aseveran que cerca del 55 % de la población rural en el mundo y el 45 % de la urbana no tienen disponibilidad de agua potable, y que alrededor de cinco millones de personas mueren cada año por enfermedades de origen hídrico (Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Serie Salud Ambiental No. Saneamiento Básico y Urbanización; 1999). De igual forma, la presencia en el aire de partículas, gases, vapores y otros, producidas por la actividad humana, desempeña una función importante en la transmisión de afecciones que se adquieren por vía respiratoria y que tanta importancia tiene para la salud pública. La contaminación de los suelos, es por lo común, una consecuencia de hábitos antihigiénicos de diversas prácticas agrícolas y de métodos inapropiados de eliminación de residuales líquidos y desechos sólidos,6 por consiguiente, el suelo se contamina cada vez más con sustancias químicas que pueden llegar a la cadena alimentaria, aguas superficiales y subterráneas, y por último, ser ingeridas por el hombre.